HOY HABLAMOS DE LIMAS

On:

Quién de nosotros no recuerda la típica película en la que a un preso le hacen llegar un bocadillo con una lima dentro, herramienta liberadora donde las haya, con el propósito de romper los barrotes de la celda limándolos con paciencia.

Dejando atrás el romanticismo de esa escena cinematográfica, debéis saber que la lima es una herramienta manual que nos acompaña desde mucho antes de que naciera la industria. ¿Sus usos? Una larga lista de aplicaciones posibles, desde trabajos con madera, metal o plástico, hasta otras más delicadas como el cuidado de nuestras uñas. Y, ¿para qué se usa una lima? Pues para algo tan sencillo como limar. ¿Sorprendido?  Pues su principal uso es el desbaste de piezas de diversos materiales, tan sencillo como eso.

Normalmente, las limas presentan en su superficie una serie de dientes metálicos que son los que se encargan de realizar la tarea para la que se han construido: en función de la cantidad de dientes que tengan pueden ser bastardas, gruesas, entrefinas y finas y su nombre está en relación directa al trabajo que realizan –desde un trabajo más basto hasta el acabado más fino.

Una clasificación muy profesional (así somos en Ferrymas ;) de las limas se realiza de acuerdo con su geometría ya que, aunque lo hayas pensado, no todas las limas son planas.

Con las limas planas realizamos tareas de rebarbado, desbaste y ajuste en superficies planas. Con las de mediacaña también, pero además se pueden usar en superficies cóncavas. Las limas con perfil de almendra sienten gran afinidad por las superficies cóncavas, así como las redondas se encuentran muy cómodas realizando el ajuste en agujeros. Cuando queremos marcar una ranura en un material para ayudarnos a cortar con el serrucho, utilizamos la lima triangular que, además, es especialista en acceder a superficies interiores donde no cabe una lima plana. Con la lima rombo ajustaremos ranuras en forma de V, mientras que las de perfil cuchilla y diamante son muy útiles para realizar ranuras de ángulos agudos en matricería.

Suponemos que te estarás preguntando cómo has podido vivir hasta ahora sin una lima, y estamos de acuerdo. No lo pienses más, elige la tuya y alójala con cariño en tu maletín de herramientas. Y no te olvides de un par de cosas: a las limas les gusta sentir tus manos, así que cuando trabajes con ellas has de usar las dos, es la forma correcta de hacerlo. Y, por último, recuerda que tu lima demandará que cuides de ella y la mantengas limpia y escoscada: te lo agradecerá estando siempre dispuesta para el trabajo.

Domingo Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre